Con el tiempo uno aprende a no pedir nada y comienza a evaluar el interés de una persona en nosotros por cómo se comporta cada vez que lo dejamos actuar.

El tiempo nunca es suficiente y cada momento cuenta. Olvidamos, tan torpes que somos, que un día llegará el último día y que no avisará. Y porque la vida es así de imprevisible es por lo que resulta tan esencial no aplazar nada para un mañana que quizá no vendrá.

Me temo que el tiempo no es capaz de curarlo todo, porque si así fuera en las farmacias solo venderían relojes, pero el tiempo si ayuda a disolver el dolor, y eso ya es mucho.

Nadie es más sincero que el tiempo. Él nada oculta, nada disimula, todo lo revela y es incapaz de mentir. Tú solo déjalo pasar, y verás.

Cuando aprendas a darle tiempo al tiempo, entenderás la mecánica de la vida. En ella nada llega cuando tú deseas, sino cuando ella decide.

La diferencia entre tener y no tener tiempo para algo se llama interés. El tiempo se quita de un lado y se pone en otro. Así de simple.

El tiempo te hará ver que tomaste la mejor decisión, y aunque ahora duela tanto y estés ciego a esa verdad. Tú solo deja la vida pasar...

Admiro profundamente la sinceridad del tiempo. Siempre acaba revelando la realidad de todas las cosas y de toda la gente.

Nunca he tenido prisa, el tiempo da y se lleva. Él tiempo es el único que cumple su palabra. Nunca deja nada que hubiera tenido que irse.