La bondad es humanidad, la humanidad es divinidad.

Donde hay autoritarismo, no puede haber religión. Donde hay religión, no puede haber autoritarismo.

Somos manifestaciones de la misma fuerza de la naturaleza.

Despertar en el estado de Dios hace que todas las limitaciones percepción de la mente desaparezcan, al igual que un cubo de agua turbia se vuelve cristalina una vez que se vierte en el océano.

Dioses, deidades y profetas prosperan en la oscuridad, y no necesariamente tiene que ser una oscuridad material, a menudo es una oscuridad intelectual y espiritual. Cuando la humanidad sea lo suficientemente valiente, intelectual, espiritual y concienzuda, se convertirá en su propia fuerza, se convertirá en su propio consuelo, se convertirá en su propio salvador.

Un individuo religioso puede llevar a cabo sus propios rituales, como parte de su identidad cultural, pero en el momento, esa persona comienza a construir un muro de separación entre el yo y el resto de La humanidad, engatusado por las órdenes textuales de una escritura, la saludable religiosidad se convierte en un peligroso fundamentalismo, que es una amenaza tanto para la persona como para la sociedad.