Si es verdad que hay una persona perfecta para cada uno en algún lugar del mundo, ellos tuvieron la suerte de cruzarse en un punto del camino

Entre su jet lag y las horas que tardé yo en conciliar el sueño, despertamos ambos alrededor de las siete de la tarde. Era de noche, y el piso estaba en calma, en silencio. Dos almas abiertas en canal en medio de la ciudad que nunca duerme, y se respiraba quietud. El mundo es un lugar muy loco

Me enseñaste que la vida es mejor si la recibes con una sonrisa, incluso aunque no tengas demasiados motivos para sonreír. Me enseñaste que, si tienes un sueño, es tu obligación perseguirlo. Me enseñaste que confiar tus mayores miedos a la persona de la que estás enamorado puede hacerte más digno de su amor

Quererlo, amarlo, adorarlo incluso, era algo infinitamente más sano que necesitarlo

Me agarré al marco de la puerta, tratando de que me sostuviera, pero también el marco se tambaleaba. Todo el planeta Tierra había dejado de girar. O al contrario. Había empezado a dar vueltas a cien mil revoluciones por minuto

Sería feliz porque tenía que serlo. Estaba viva

Él no sabía gestionar sus emociones, así que lo mejor era no sentirlas

Eres lo mejor que me ha pasado en la vida, lo que más quiero, el motivo por el que me levanto cada mañana. Me moriría sin ti. En serio, no es una frase hecha. Se me pararía el corazón.

«En ese viaje descubrí que el amor se convertía en un sentimiento mucho más intenso cuando se acompañaba de admiración».