Hay quienes tienen tanto amor dentro que no saben dónde ponerlo y lo van dejando en todas partes: en una mirada, en la taza del café, en un cuaderno, en cada pensamiento, en sus palabras... Gente que rebosa amor y lo aplica a todo lo que hace.

Llegamos al mundo sin nada. Nos vamos del mundo sin nada. Todo lo aquí acumulado es solo un préstamo que un día habrá que devolver. Lo único que nos sobrevivirá es el amor que hayamos otorgado y el que hayamos sido capaces de inspirar. Nada más que el amor.

Espero que encuentres amor, pero algo incluso más importante: espero que seas lo suficientemente fuerte como para alejarte de lo que no lo es.

Y de repente, llega alguien que te remueve algunas cosas que creías perdidas y que simplemente estaban escondidas. Esas son las personas que te cambian y te hacen ser de nuevo lo que olvidaste ser un día debido a la decepción y el dolor.

El amor no es una promesa, el amor es una elección. Más que prometer amarla, elígela todos los días y le estarás demostrando con hechos todo tu amor, y eso es bastante más elocuente que una simple promesa.

La forma más verdadera de amor es cómo te comportas hacia alguien, no qué sientes hacia ellos.

La persona adecuada no es la que buscas, sino la que aparece sin que hayas movido un dedo para dar con ella. La que surge por sorpresa.

El amor no está hecho de recuerdos, sino de presencia. Nunca es quien se fue, pero siempre es el que está.

Nadie debe obligar al otro a estar. Estar es sentir emoción, placer en la presencia, ilusión por compartir. Estar no es cortesía, es amor.