La felicidad es fugaz si la pones constantemente en lugares donde puedes perderla. Pero si la llevas dentro de ti, te durará.

La felicidad no reside en el consumo, la diversión o el sexo y su placer. La felicidad es esa casa en la que has construido tu lugar de reposo y amor incondicional. Ese umbral, que cuando cruzas te hace sentir en paz y esa persona que te espera al otro lado y te recibe sonriendo.

Desea felicidad a todo el mundo siempre. Mucha felicidad. Cuanta más felicidad mejor. Y hazlo por ellos, pero también hazlo por ti, porque nadie que sea en verdad feliz se encarga de molestar a otros y amargarles la existencia.

Nos enseñaron que necesitamos tener un trabajo, una pareja y un hogar para poder ser felices. Sin embargo, puedes llegar a tener todas estas cosas y aún sentirte increíblemente vacío. Tal vez ya sea hora de dejar de mirar hacia afuera y comenzar a mirar hacia adentro. ¿No crees?

Hoy elige ser feliz. Elige priorizarte. Elige cuidarte y quererte un poco más. Hoy, y aunque solo sea hoy, sé un poco egoista y piensa más en ti. Hazte un regalo. Date un capricho. La vida ya es suficientemente amarga como para que no te puedas permitir un "pastel".

El secreto de la felicidad es que aprendas cada día a olvidar muchas cosas pero sin perder jamás la memoria de las que te hicieron muy feliz.

Me temo que solo aquellos que han experimentado la tristeza más absoluta pueden entender el valor real de la más pequeña felicidad.

Cuando se aprende a depender de uno mismo, se es más feliz en la vida. Porque es cuando entiendes que nadie debe suministrarte la felicidad.

Si te importa alguien de verdad, deberías desear que fuese feliz, incluso si en esa felicidad no estás incluida. ¿Qué me dices? ¿De acuerdo?