De acuerdo con las reglas usuales de la biología, los seres humanos también deberíamos ser clasificados como chimpancés (Pan sapiens), y es solo nuestra inclinación natural a vernos como algo especial la que nos lleva a clasificarnos como un género distinto, el Homo.

Las razones por las que estamos aquí forman una cadena tan inverosímil que la posibilidad de que alguna otra civilización tecnológica exista en la Vía Láctea en la actualidad es remotísima. Estamos solos, y lo mejor es que nos hagamos la idea.

Las personas son entidades interesantes y complicadas, y vivimos en el momento más interesante y complicado de la vida del Universo porque es el único momento en que las criaturas como nosotros podríamos existir.

Las posibilidades de la civilización humana están enturbiadas por muchas incertidumbres de nuestra propia creación, incluyendo las guerras, el cambio de clima antropogénico, y la degradación del medio ambiente.