Y sí, te amo de tal forma que hace que me desconozca, que no sepa quién soy.

―¿Cómo sabré que es amor esto que siento por ella? ―preguntó mortificado.Entonces, Trystan colocó una mano sobre su hombro y lo instó a mirarlo.―Cuando sientas que si estás durante un segundo más sin abrazarla... te explotará el corazón.

—Serás ese rayo de sol que me despertará cada mañana, el que me impulse a respirar y por el que viviré.―Yo quiero que seas la última estrella que vea cada noche, la que me guarde y vele por mí.

El amor no debe sacrificarse, que hay que luchar por él.

―No puedo dejarte ir... No puedo pedirte que comprendas lo que escapa a mi propio entendimiento, pero no puedo dejarte ir, no puedo permitirte que te alejes de mí. Te quiero, conmigo. Siempre.

―Así que es él ―susurró contra su cabello.―No ―negó ella, tragándose las lágrimas―. No puede serlo, no quiero que lo sea.―Sé por experiencia que uno no puede decidir sobre eso. ―Su voz sonó a lamento.―Pero se supone que el amor es algo bello.―No siempre. ―Besó sus cabellos―. Si es correspondido, es el sentimiento más hermoso de este mundo ―suspiró con pesar―. Pero un amor malogrado puede enfermar el espíritu, incluso el cuerpo

¿Qué debía hacer? ¿Apartarse de él? ¿Acaso en algún momento Jordan había estado cerca de ella? ¿Olvidarse de él, entonces? Pero ¿cómo se olvida a alguien que nunca ha pedido que se le recuerde?

¿Debería dejar de amarlo? Sí, seguramente era lo más sensato pero ¿cómo se le ordena al corazón que deje de latir?