Respetar es amar.

En un hogar donde las responsabilidades son compartidas, se produce un ambiente de respeto, cortesía y de consideración a los sentimientos del otro. Un hogar debe ser un lugar de solaz, y no un ambiente donde alguno de sus integrantes sienta que está encarcelado.

Cuidar la relación de pareja es un arte, especialmente cuando hay familiares de por medio. Cuando ambos aprenden a respetarse y mostrar dicho respeto frente a los parientes, entonces, protegen su relación. Cuando eso falla se crean heridas que es muy difícil curar con el tiempo.

El respeto no se exige. Es algo que se obtiene como resultado de nuestra propia actitud hacia otros.

No podemos esperar que simplemente nos respeten, sin que previamente respetemos.