War kills time, precious human time.

A veces oigo una música... O una canción... Una voz de mujer... Y allí encuentro lo que he sentido. Algo semejante... En cambio, veo una película de guerra y sabe a mentira, leo un libro y lo mismo, mentira. No es... No es correcto. Comienzo a hablar y tampoco me sale. No es tan espantoso, ni tan bonito. ¿Sabe lo preciosos que resultan los amaneceres en la guerra? Antes de un combate... Los observas y estás segura: ese podría ser el último. La tierra es tan bella... Y el aire... Y el sol...

Ay, nenas, qué puñetera es la guerra... Vista desde nuestros ojos, con los ojos de mujer... Es por eso que no nos preguntan.

But there's no need to pity us. We're proud. Let them rewrite history ten times. With Stalin or without Stalin. But this remains-we were victorious! And our sufferings. What we lived through. This isn't junk and ashes. This is our life.

¿Por qué nuestro consciente carece del sentimiento de asombro ante el mal?

Atârnați tăblițe deasupra mormintelor, ciopliți în piatră că totul a fost degeaba! Spuneți-le asta și morților!...

¿Ahora le permiten escribir sobre estas cosas? Antes estaba prohibido...

«Tomamos una aldea... Buscábamos agua. Entramos en un patio donde habíamos divisado un pozo con cigoñal. Un pozo artesanal, tallado a mano... En el patio yacía el dueño de la casa, fusilado... A su lado estaba sentado su perro. Nos vio y comenzó a gañir. Tardamos en comprender que nos estaba llamando. El perro nos llevó a la casa. En la puerta hallamos a la mujer y a tres niños... »El perro se sentó y lloró. Lloró de verdad. Como lloran los humanos...»

—Me gustaría olvidar. Me gustaría… —pronuncia lentamente, casi en susurros, Olga Vasílievna—. Me gustaría vivir al menos un día sin la guerra. Sin nuestra memoria… Al menos un día así…