Yacían juntos en silencio y miraban el techo de la habitación, donde se dibujaban unas líneas amarillentas que procedían de las rendijas de las persianas: parecían el tórax de un esqueleto. Después Joachim se durmió y, cuando Elisabeth se dio cuenta, no pudo evitar una sonrisa. Y después se durmió también.
-Hermann Broch
Select a background
More quotes by Hermann Broch
Popular Authors
A curated listing of popular authors.