Cuando Laibl volvía por la noche de la taberna, Mosche nunca sabía qué padre entraría en ese momento por la puerta: el lloroso o el maligno. A veces Laibl le tomaba en sus brazos, a veces le pegaba sin ton ni son. Casi siempre estaba demasiado bebido para causarle verdadero dolor pero eso no era lo importante. No era nada físico lo que le dolía tanto a Mosche. En su interior se alejaba más y más de su padre.
-Emanuel Bergmann
Select a background
More quotes by Emanuel Bergmann
Popular Authors
A curated listing of popular authors.