Encontrar a Fedro guiando a Sócrates casi al mismo sitio, quizá lo era, le había impresionado profundamente. El árbol de amplia copa, la verde ladera en que recostarse, el agua fría al pie; sólo faltaban las ofrendas votivas y el santuario. «Concededme ser hermoso por dentro ―había suplicado Sócrates― y haced que las cosas exteriores e interiores se reconcilien».

-Mary Renault

Select a background
Awesome background image
Awesome background image
Awesome background image
Awesome background image
Awesome background image

More quotes by Mary Renault