Rara vez el hincha dice: "hoy juega mi club". Más bien dice "Hoy jugamos nosotros". Bien sabe este jugador número doce que es él quien sopla los vientos de fervor que empujan la pelota cuando ella se duerme, como bien saben los otros once jugadores que jugar sin hinchada es como bailar sin música.

Ya sé que eres traidora y que me tienes buena voluntad. Lo bueno crece junto con lo malo.

El río pasa, pasay nunca cesa.El viento pasa, pasay nunca cesa.La vida pasa: nunca regresa.

Desalojar el escenario de mis crímenes, ahora convertido en polvorín de una guerra civil. El golpe de Estado, milagrosamente, aniquila el olor de la carne podrida.Entre esos cuerpos veo al oso polar, el héroe de mi infancia, disecado, inmaculadamente blanco, arrojado a este enjambre de carne y peligrosa fauna.- Vamos de aquí, Julio ¿o acaso te queda algo por mostrame?- No, Amanda. Ya nada de esto me pertenece...

Bolívar celebró, junto a la mayoría de independistas latinoamericanos, la política de Monroe y de John Quincy Adams, como una salvaguarda contra el peligro de nuevas intervenciones europeas en las Américas

La estética latinoamericana es la estética del cliché.

[...] la sociedad latinoamericana ha sido calificada (y puede serlo todavía) de "sociedad enferma".

Ahí estaban mis amigos, vivos. No nos había pasado nada. Los estreché muy fuerte y me llevé sus manos al pecho, y me percaté de que la función evolutiva más sofisticada de las manos no es manipular una herramienta, sino lograr entrelazarse con las de otros.

Siempre hay alguien que está peor, como concluía Esopo. Y hasta peorísimo, como concluyo yo.

Tengo la esperanza de que algún día me despojaré de este cuerpo como una caparazón inútil, acaso a la espera de una nueva caparazón"Cuentos Completos II