La confianza madurando en cada renglón de un diario. Un revivir de momentos,una experiencia, un fracaso.Soñar estando despiertas y entrecerrando los ojos,volver a jurar en vano...por un amor pasajero o tal vez por el más grande, por sentir que está tan lejos, por un olvido forzado. Tiempo de amistad (extracto)

Así como se disfruta subir al podio a solas, se sentía bien pudrirse en compañía. Bastaba un poco de cinismo para aceptarlo.

El Señor nos había dado ojos para ver y pies para llevarnos a sitios donde pudiera verse todo, dijo. Era cosa nuestra salir y ver, salir y contemplar. Ese era nuestro trabajo. Debíamos atarnos bien los cordones de los zapatos y ponernos a ello. Lo peor que podía pasarnos era que fracasáramos. Y el fracaso solo significaba que habíamos tenido agallas suficientes para intentarlo.

No has fracasado, aunque no hayas estado a la altura de la exaltada idea que tienes de ti misma.

Cuando el monstruo fracasa, no le queda sino desaparecer.

No lo llames fracaso, llámalo lección. Si lo llamas fracaso lo interpretas como una perdida, pero si lo llamas lección es una clara ganancia.

Las oportunidades de hoy borran los fracasos del ayer.

El Fracaso toca la puerta de las Mentes desprevenidas muy a menudo.

Ya bastante tenemos con encontrar la forma de dejar de creernos fracasados como para depender que el resto nos crea exitosos.

Toma tus fracasos, extráeles todo su jugo lleno de vitaminas de sabiduría, y lo que sobre ¡sécalo al sol y fabrica ladrillos para construir tu futuro!